En este año que comienza nos enfrentaremos a un sin fin de distracciones diseñadas para sacarnos del camino con propósito que Dios creó para nosotros. Necesitamos activar el poder de Dios en nuestro interior para que estas distracciones, construidas en lujuria y caprichos innecesarios, no se vuelvan trampas engañosas.
Nuestra relación con Dios trae un giro a nuestra vida a través de la revelación. La fuerza de esta relación hace que los deseos que Dios pone en nuestro corazón sean claros, por lo que la plenitud a largo plazo es el resultado del cumplimiento de nuestros buenos deseos. Mientras mejor conozcamos los deseos que provienen de Dios, será más fácil bloquear la tentación de las distracciones. Nuestra vida se debe enfocar en el plan de Dios, pues la única constante con la que debemos contar en la vida es Dios. Así, al habitar completamente en la casa de Dios, nuestros deseos serán cumplidos con bendiciones a largo plazo.
Ora para buscar la voluntad de Dios; no solo para pedirle que bendiga lo que tú ya decidiste. Recuerda que: Mis pensamientos no son como los de ustedes, ni tampoco mi manera de obrar. Porque así como el cielo está tan arriba de la tierra, de igual manera mi manera de obrar es tan diferente a la de ustedes. Mis pensamientos son más altos que los suyos. Isaías 55:8-9