- Aprende que el tiempo de Dios no es tu tiempo

Salmos 13:1-3 (NVI)
«¿Hasta cuándo, Señor, me seguirás olvidando? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?
2 ¿Hasta cuándo he de estar angustiado y he de sufrir cada día en mi corazón? ¿Hasta cuándo el enemigo me seguirá dominando?»
3 Señor y Dios mío, mírame y respóndeme; ilumina mis ojos. Así no caeré en el sueño de la muerte
Salmos 24:14 (LBLA)
«Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor.»
2 Corintios 6:2 (BLPH)
«Es Dios mismo quien dice: Tengo un tiempo propicio para escucharte,
un día en que acudiré en tu ayuda para salvarte. Pues bien, este es el tiempo propicio, este es el día de la salvación.»
2. Aprende que dudar es natural, confiar es sobrenatural

Lucas 7:18-23 (LBLA)
«Entonces los discípulos de Juan le informaron de todas estas cosas. 19 Y llamando Juan a dos[a] de sus discípulos, los envió al Señor, diciendo: ¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro[b]? 20 Cuando los hombres llegaron a Él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: «¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro?». 21 En esa misma hora curó a muchos de enfermedades y aflicciones, y malos espíritus, y a muchos ciegos les dio la vista. 22 Y respondiendo Él, les dijo: Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos reciben la vista, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio. 23 Y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí.»
Mateo 27:46 (LBLA)
«Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lema sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»
Job 42:1-6 (RVC)
«Entonces Job le respondió al Señor, y le dijo: 2 «Yo sé bien que todo lo puedes, que no hay nada que tú no puedas realizar. 3 Preguntaste:“¿Quién se atreve a oscurecer mis designios,
con palabras carentes de sentido?” Yo fui ese atrevido, que habló sin entender; ¡grandes son tus maravillas! ¡Son cosas que no alcanzo a comprender! 4 Por favor, escucha mis palabras;
quiero preguntarte algo; ¡házmelo saber! 5 Yo había oído hablar de ti, pero ahora mis ojos te ven. 6 Por lo tanto, me retracto de lo dicho, y me humillo hasta el polvo y las cenizas.»
Job 42:10:11 (RVC)
«Después de que Job rogó por sus amigos, el Señor sanó también la aflicción de Job y aumentó al doble todo lo que Job había tenido. 11 Después de haber pasado por tan terrible calamidad que el Señor le envió, Job recibió la visita de todos sus hermanos y hermanas, y de sus amigos y conocidos de antes, y juntos disfrutaron de una gran comida en su casa. Ellos le dieron sus condolencias y lo consolaron por la familia que había perdido, y cada uno de ellos le regaló una moneda de plata y un anillo de oro.»
Juan 20:28 (RV60)
«Jesús le dijo: Tomás, has creído porque me has visto. Bienaventurados los que no vieron y creyeron»
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