Colosenses 3.1-4

¿Alguna vez se ha preguntado qué es el éxito verdadero? La respuesta bíblica es llegar a ser la persona que Dios quiso que fuéramos cuando nos creó, y cumplir con el trabajo que ha dispuesto para nuestra vida. La Biblia nos dice que este tipo de logro comienza con nuestro pensamiento (Pr 23.7). Lo sabemos por la manera cómo funciona la mente, la cual influye en nuestras actitudes y acciones tanto hacia el Señor como hacia los demás. La pureza de nuestra mente determina, en gran medida, la santidad de nuestra vida.

Colosenses 1.21 nos dice que antes de ser salvos estábamos apartados de Dios y con una mente hostil hacia sus asuntos. Por tanto, la vieja mentalidad no nos ayudará a convertirnos en las personas que el Creador tuvo en mente. Por eso la Biblia nos exhorta a la renovación espiritual de nuestros pensamientos y actitudes (Ef 4.23), y nos ayuda a entender lo que debe y no debe estar en nuestra mente (Ef 4.31, 32).

Para poner nuestra mente en las cosas de Dios, debemos decidir siempre tener el punto de vista del Señor, y rechazar la manera de vivir del mundo (Ro 12.2). Si fijamos nuestra atención en el carácter y la voluntad del Señor, comenzaremos a entender su perspectiva.

El éxito en el reino de Dios comienza con una mente renovada y piadosa. ¿En qué enfocará usted sus pensamientos hoy?

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