2 Corintios 5.6-10

La Palabra de Dios revela que Jesucristo juzgará un día a toda persona que haya vivido en este mundo (Hch 10.42). Ese día, los incrédulos serán exiliados de la presencia de Dios, y los creyentes se presentarán delante del Señor Jesús con la plena comprensión de su gracia desbordante.

Sin embargo, los verdaderos seguidores del Salvador no tienen nada que temer, ya que este juicio no tiene el propósito de determinar la salvación que ya fue resuelta en el momento en que pusieron su fe por primera vez en el Hijo de Dios. Y como nos asegura Romanos 8.1 (NVI): “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús”. Por el contrario, el Señor juzgará a los suyos con el propósito de dar recompensas.

En otras palabras, aunque ninguno de nosotros pueda tener una vida intachable, no necesitamos temer ese día ante nuestro Salvador. La comparecencia ante Cristo no es un castigo; es un recordatorio de que hemos sido perdonados.

Ese día, estaremos delante del Señor, vestidos con la justicia de Cristo y perdonados de todos los pecados. Y al fin comprenderemos por completo la profundidad y la amplitud de su gracia y de su amor por nosotros.

Charles Stanley

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here