Esta época de Navidad es de las favoritas para muchas personas. Nos lleva a recordar aquellas cenas en compañía de nuestras familias, los niños corriendo alrededor, madres y padres cocinando alegres y todos esperando el gran banquete que será servido. Toda la ciudad está llena de luces y todos están felices de recibir regalos. Sin embargo este año ha sido difícil para muchos, algunos verán un asiento vacío de quien esperaban recibir un regalo, muchos otros sentirán más dolor que alegría, pero el invitar a Jesús a nuestra mesa hará la diferencia.
Invitar a Jesús en Navidad significa revelar diariamente el carácter, el amor y el espíritu de Cristo que habita en ti, al permitir que estos rasgos brillen a través de tus acciones.
Si invitas a Jesús a tu casa Él traerá gloria, esperanza y propósito en ti y en tu familia. Invitar a Jesús en Navidad es perdonar a aquellas personas que te han lastimado y dejar atrás el rencor y la venganza. Invitar a Jesús en Navidad es decidir pasar tiempo con Él todos los días.
Invitalo a aquellos lugares que no le has dejado entrar, que tome aquellas cosas vergonzosas y atemorizantes que no le muestres a nadie, que se lleve tu orgullo y soberbia, que se lleve aquel pecado oculto que no has podido dejar atrás. Y es que cuando Él viene, todo cambia. Él trae su poder a nuestra debilidad, sanando nuestro quebrantamiento y redimiendo nuestro fracaso. Invitalo a sanar tu dolor.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.Mateo 11: 28-30
Jesús tiene un regalo para ti esta Navidad si le invitas a tu celebración. Él quiere darte descanso.Este regalo es para ti. Jesús quiere quitarnos esa carga y llevarla por nosotros. Él toma la carga de todos nuestros esfuerzos fallidos para ser lo suficientemente buenos, y nos da a cambio su propia bondad perfecta. Jesús sabe exactamente lo que más necesitas esta Navidad y quiere dártelo.
Esta Navidad invita a Jesús a tu mesa, que tomes un momento de tu cena o celebración para leer su Palabra y meditar en el gran regalo que nos trajo a través de un bebé.