¿Cuándo fue la última vez que sintió la presencia de Dios? Todos anhelamos experimentar su presencia de manera personal, por tanto, al no sentir su cercanía, podemos llegar a pensar que algo está mal en nuestra relación. Pero eso no es necesariamente cierto.
En el Antiguo Testamento, Dios se le apareció a profetas como Moisés, Jeremías e Isaías para darles mensajes para su pueblo. Hoy en día, la revelación de Dios está disponible para nosotros en su Palabra escrita. Además, el Consolador habita en los que hemos creído en Cristo: el Espíritu Santo siempre está con nosotros, aunque, por lo general, no estemos conscientes de Él. A veces sentimos su presencia en mayor o menor grado, pero esto no es algo que podamos orquestar o manipular.
Recuerde que estamos llamados a caminar por fe, no por vista. El Señor nos ha asegurado que Él estará con nosotros siempre, hasta el fin de los tiempos (Mt 28.20). Por tanto, en esos días cuando no pueda sentir su presencia, trate de confiar en esta verdad. Ella le sostendrá con fuerzas para servir, con fortaleza en las dificultades, y le dará consolación en el sufrimiento.